MI VIDA ES MÍA
"La decisión de Anne" es un melodrama familiar con niña enferma que busca tocar la fibra sensible del espectador (y en ocasiones lo consigue) y que malogra lastimosamente un punto de partida atractivo y polémico con un interesante debate sobre como los avances técnicos pueden desnaturalizar nuestro código ético. El film está dirigido por Nick Cassavetes ("El Diario de Noa", "Alpha Dog") y protagonizado por una esforzada (y forzada) Cameron Díaz como la abnegada madre que lucha por salvar la vida de su hija, aunque la que verdaderamente brilla es la niña Abigail Breslin, como la hija nacida para salvar a su hermana.
La vida de Sara y Brian Fitzgerald, la de su pequeño hijo y la de Kate, su hija de dos años de edad, quedarán alteradas para siempre al enterarse de que Kate tiene leucemia. La única esperanza de los padres es tener otro niño para salvar la vida de Kate. Para algunas personas, estos temas de ingeniería genética provocan preguntas morales y éticas; para los Fitzgerald, y para Sara en particular, no existe ninguna otra opción sino hacer todo lo que se pueda para asegurar la vida de Kate. Y lo que sea es Anne. Kate y Anne comparten una relación aún más cercana que la de la mayoría de las hermanas. Aunque Kate es mayor, ella confía en su joven hermana; de hecho, su vida depende de Anne. Sara, esposa y madre abnegada que deja su carrera como abogado para cuidar a su hija, a veces se siente perdida dentro del papel que ha tomado en su esfuerzo por salvar a Kate. Su marido, de gran fortaleza y apoyo moral, Brian, a menudo se vuelve totalmente pasivo ante la fuerza y la determinación de su esposa. Y el único hijo varón que tienen, Jesse, queda ocasionalmente relegado a un segundo plano. Hasta que Anne, que ahora tiene 11 años de edad, dice basta. En busca de emancipación médica, contrata a su propio abogado e inicia un proceso legal que divide a familia.
Ese inicio en el que Anne toma la decisión del título promete y plantea muchas preguntas en el espectador que hubieran podido enriquecer la película si se hubiese tomado ese camino, pero enseguida descubriremos que la inteligente premisa argumental sólo será una excusa algo tramposa para adentrarnos en una historia mucho más manida, previsible, manipuladora y por momentos cercana a un simplón telefilm de sobremesa sino fuera por la cuidada presentación estética y la presencia de algunos secundarios de lujo como el hiperactivo Alec Baldwin o Joan Cusack.
También resulta interesante el planteamiento del punto de vista de la historia que al principio intenta abarcar las distintas formas de pensar de cada personaje, ofreciéndonos un viaje emocional para cada uno de ellos, sin embargo, nuevamente con el desarrollo el guión se vuelve más convencional en este aspecto e incluso el dibujo de algunos personajes resulta insuficiente como el del hermano de las niñas. Pese a todos sus defectos y el mal sabor de boca que dejan las oportunidades perdidas, se trata de un film estimable por el preciosismo con el que filma sus imágenes Nick Cassavetes que hará las delicias de los que gustan de vaciar la caja de kleenex en el cine.
U.C. (Daniel Farriol)